19.7.08

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Nada nos devuelve. Ni los besos. Ni las siestas. Ni los sueños.
Nada nos arroja. A la orilla. A los suelos. A tus balcones.
Me quedé seca. Me quedé muda. Me quedé muerta.
Me quedé huyendo. Me fui quedando. Me fui durmiendo.
¿Dónde estas ahora que la escalera no llega al techo?
Vagabundeando por la veredita de colores sin tambores
ni sol, ni piano, ni sonrisas.
Y yo volví a cerrar los ojos contando hasta veintitresmil
a ver si me aburro y se suspende mi cabeza.
Gitano que vendes vuelos en aeroplanos de madera balsaA
¡es un suicidio!
No mostrarnos los dientes. No empaparnos. Apagar la música.
Es una pena.
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