Me encanta que sea Otoño

Días Bizcochuelos...

Asi que a veces se está así: anímicamente marmolado. Osea, un poquito triste al chocolate amargo y un poquito bien, blanquito sabor vainilla.

gUau, abro un sobre y salen reboloteando como mariposas un montón de cartitas y mensajes de amor. De amor de todo tipo. De amor de toda forma. De amor de todos lados. De amor de muchos seres. Yo, la verdad, como siempre, me toco el pecho y digo ¡AyAyAy! Gracias gracias, merci, gracie, danke, arigato, thanks!¡Que dicha!

Es cierto, el mundo a veces me sopapea
Y yo me siento, muy triste, al bordecito de la vereda
Despues una anciana me cuenta una historia
es tan blanca tan pura y tan dócil que me quita la tristeza.

eterna.mente

eterea.mente

Ni el Alcanfor ni el olor a libro viejo
ahora construyo nuevos recuerdos;
El aroma a pan caliente
las medialunas de la cuadra
el yuyo haciendo trenzas en las manos
verte tejer...
el sol de mediatarde en un vagón del roca
una tienda que se vuela.
Abro la ventana y anoche cayó lluvia.
Nuestras plantas no son nuestras
son de ellas. Y crecen lindas.
La cocina es chica pero el corazón es grande
mi abuela te quiere y no te vió la barba.
Hoy me desperté y ya estaba brillando
sospecho que la magia nunca se acaba
sospecho que hay fuegos que nunca se apagan.
Volar o andar en bici es masomenos lo mismo
cantar llorar croar o morir
hornear callar gritar sonreír.
Cuando encastramos así
cuando decimos que sí
yo soy felíz.

Un comienzo...

Hoy en la computadroa de mi papá encontré estas fotos en una carpeta que dice Brenda se va hacia el Sur...

Hoy volví a esta casa, la casa de mi vida. Nunca tuve otra.
Ahora me parece más amplia, más luminosa, impecable siempre limpia.
Yo, con calambres en la panza,
con puntadas en las muelas y polvo de hornear en la cara,
busco un lugar para esta planta, la que traigo de la otra casa.
Ordeno las hojas que junto siempre por la calle,
siempre juntando de la calle para algún día reciclar todo.
Abro el ropero, toda esa ropa es mía.
Invierto mis ultimos pesitos en una gran compra: un carro y una rejilla.
Como me dicen las cholas: ¡ tan joven, con un título, sin hijos !
Y ahora tengo un carro, y una tienda de rafia y cien kilos de harina.
Como dice mi hermano: ahora a bailar.
Y otra vez son las dos de la mañana de un mentiroso gregoriano
tengo sueño y hay panes en el horno
me ataca un recuerdo y lloro.
Lloro y lloro y lloro y se hace milanesa el llanto en el pan rallado.
No pude decir todo, no puedo nombrar lo que añoro.
No puedo explicar lo que no existe, no puedo dibujar lo que no conozco.
Yo sólo quiero un día libre, salir al sol... pasear por la tarde.
Quiero el otoño.
Quiero la magia, quiero el juego, quiero los besos.
Quiero montañas, quiero la brisa, quiero la calma.
Quiero mi casa..
Ser la propia casa.

Tuve que cruzar la ciudad y comerme un pan con queso para darme cuenta: me gustan tus dientes.

Otra vez comí sin hambre y otra vez me cayó mal.

Otra vez muero de sueño y me quedo despierta en la oscuridad.

Me pregunto si la cama es el problema.

Estas medias me dan calor.

Los calambres en la panza y un derrame insólito en el ojo.

¿Qué me pasa por la cabeza?

Es sólo un poco de nuez.

Dónde está la fé. Dónde está el amor.

Tengo que decirte algo, todo el tiempo. Estoy a punto de estallar.

Si reviento ¿me haré plumas? No lo creo.

Hoy no pude despegar.

Sentí esa nube negra, me perseguía.

¿Dónde esté el principio?¿Cómo es un final?

Extraño las noches de estrellas, extraño bailar.

Cuando pienso, pienso en todo, pensar tanto no me deja pensar.

Me levanto y tu cara aparece, pero nunca estas.

Era fácil, siempre es fácil complicarse.

¿Hacia dónde va?

El exilio de las especies

Momentos previos a cerrar la puerta siento el arrebato de tironearte el pelo
para decir te quiero.