12.8.08

De la vida y la muerte

(...) "Morir con orgullo cuando ya no es posible vivir con orgullo. La muerte elegida libremente, la muerte realizada a tiempo, con lucidez y alegría, entre hijos y testigos: de modo que aún resulte posible una despedida real, a la que asista todavía aquel que se despide, así como una tasación real de lo conseguido y querido, una suma de la vida-todo ello en antítesis a la lamentable y horrible comedia que el cristianismo ha hecho de la hora de la muerte. ¡No debe olvidársele jamás al cristianismo que ha abusado de la debilidad del moribundo para estuprar su conciencia, y de la manera misma de morir, para dictar juicios de valor sobre el hombre y su pasado!- Pese a todas las cobardías del prejuicio, aquí es importante restablecer ante todo la apreciación correcta, es decir, fisiológica, de la llamada muerte natural: la cual no es, en última instancia, más que una muerte 'no natural', un suicidio. No se perece jamás por causa de otro, sino sólo por causa de sí mismo. Sólo que es una muerte en las condiciones más despreciables, una muerte no libre, una muerte a destiempo, una muerte propia de un cobarde. Se debería por amor a la vida, -querer la muerte de otra manera, libre, consciente, sin azar, sin sorpresa... "
De 'El ocaso de los ídolos'; F. Nietzsche

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