8.9.08

Dos ciudades -o tres-, un invierno, ningún vestido y un amor;
que crece.
Como los pelos y las barrigas.

Y yo me pregunto:
¿Por qué la sangre no llega a mis dedos?
¿Por dónde corre el calor cuando me hielo?

Todo lo demás no lo cuestiono, y duermo.
Cuando no hablo.
Cuando no hay respuestas suspendidas en el aire frío de la noche.

Cinco
Seis
Diez lunares,
Y una pestaña para once deseos
cae.


Anoche soñé muchos sueños juntos. Y nunca estaba sola.

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