17.9.08

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-Hoy es exactmente 11 de Octubre- dijo-. Hace once años, en Octubre, viajé a Córdoba. También llovía. Osea que era Otoño. Y hace más o menos una semana sucedió algo en casa de Mara. Y eso sólo pudo suceder en Octubre. Y lo que sucedió es que literalmente le desmoroné la casa. ¿Por qué? Nadie va a creerme. Porque descubrí que Mara no tiene cosquillas. -Esteban se estaba riendo de tal modo que se cayó del sillón-. Y esa cucaracha es real - dijo de pronto con súbita seriedad.
Estaba viendo, junto a la pata de la mesa, una cucaracha. Sabía sin la menor duda que era real. El animal real más asqueroso que existe. Sin embargo, dadas las circunstancias, le tomó una especie de cariño.
- Por qué no te vas. Yo sé perfectamente que la técnica de ustedes es quedarse muy quietas, esperando que uno se distraiga. Entonces se esconden en el primer lugar oscuro que encuentran. Las he estudiado mucho. Deberías irte, la vida es sagrada. Pero yo no puedo permitirme la duda.- Con una celeridad que lo sorprendió a él mismo, la aplastó con la mano contra el piso. Era real, en efecto: no sentir asco le dió miedo-. Debo de estar muy mal-dijo, limpiándose la mano en el pantalón-. Y en cuanto a las fechas, no tengo por que saber ninguna fecha. Ni siquiera sé los puntos cardinales. Ni recuerdo las direcciones. Ni los cumpleaños de la gente.
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-de "El que tiene sed"; Capítulo 5: De cómo vino el miedo. Pág 139. Abelardo Castillo.

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